Sin duda los seres humanos en un intento de retar a la naturaleza vamos destruyendo todo, logrando un desarrollo sin contemplar el costo que habrá de cobrarnos la madre naturaleza.
Es necesario implementar una cultura ecológica púes tiene como fin, el bienestar colectivo por una mejor y saludable calidad de vida, mediante la armonía de la relación entre el hombre, las leyes de la naturaleza y las leyes hechas por el hombre, manteniendo siempre el progreso y su desarrollo para una evolución constante y sin destrucción del patrimonio natural de México.
Sin duda alguna, esta armonía ambiental debe estar basada en proporción directa en los correctos pensamientos, conocimientos, evaluación, diagnostico, pronóstico y planteamiento dentro del marco de una organización y planeación de las actividades humanas, tanto en el campo como en la ciudad.
Enfocada a una solución verdadera y viable, que realmente se ponga en práctica, para conservar, producir y crecer, generando con ello un cambio en nuestro medio ambiente.
Contamos con un sistema nacional de áreas naturales protegidas en México, contamos con una clasificación que sin duda hay que aprenderla para proteger esas reservas por ecosistemas, hasta la protección de arboles históricos y notables, para su adecuado manejo y cuidado.
Lo que es fundamental es saber, con que contamos, donde vivimos, como cuidarlo y que es lo intocable, empezando por el nombre de cada cosa, y esa integración natural, cultural, regionalizada incluye, desde la hidrografía, ciencias, vertientes y microclimas, con sus respectivas flora y fauna.
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